Un hombre y una mujer miran dentro de la nevera

9 consejos para ahorrar en la factura de la luz con la nevera y el congelador

El frigorífico es un electrodoméstico de gran utilidad: no sólo mantiene frías las bebidas, sino que además nos permite almacenar alimentos durante mucho tiempo. Sólo tiene una pega, y es que ha de estar encendido constantemente, las 24 horas del día. Esto hace que sea el electrodoméstico que más energía consume de toda la casa. Según datos del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía, el consumo de la nevera representa más de un 18% del gasto energético total en un hogar.

A continuación, te presentamos 9 consejos que te ayudarán a usar el frigorífico de la forma más eficiente y, gracias a ello, ahorrar en la factura de la luz.

1. Comprueba que tu nevera está en buen estado

Las neveras antiguas consumen mucha más electricidad que los modelos más recientes. Si tu frigorífico tiene más de 10 años, se estima que podría gastar hasta el doble que los frigoríficos nuevos más eficientes. En tal caso, deberías plantearte cambiarlo por uno nuevo. Comprar una nevera nueva implica una inversión considerable, y más si quieres apostar por la mayor eficiencia energética y te decides por comprar una nevera de clase A+++, pero notarás el ahorro en la factura de la luz.

Por otro lado, para que el interior del frigorífico se mantenga a una temperatura adecuada de la forma más eficiente posible, es imprescindible que la puerta cierre bien, de manera que el aire frío se quede atrapado en el interior durante más tiempo. Asegúrate de que la goma que recubre las puertas está en buen estado y de que el interior queda bien aislado. ¿Notas que no se sella del todo al cerrar la puerta? Si la goma está sucia, puedes probar a limpiarla con una bayeta húmeda. Si ves que está suelta o tiene algún agujero, te recomendamos que te pongas en contacto con el fabricante o una tienda de recambios para reemplazar esta parte por una nueva.

2. Coloca la nevera lejos de fuentes de calor

Si bien mover la nevera de sitio no suele ser algo que esté al alcance de todos, es importante tener en cuenta que el frigorífico consumirá menos electricidad si está situado lejos de fuentes de calor, como por ejemplo un radiador, el horno, o la luz directa del sol.

Además, si es posible, asegúrate de dejar suficiente espacio entre la nevera y la pared o los muebles que se encuentren a su alrededor. Esto permitirá que el aire circule libremente y que el aparato se ventile lo suficiente, de manera que el compresor no tenga que trabajar más de la cuenta.

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3. Ajusta la temperatura

La temperatura óptima de la nevera depende de la temperatura ambiente de tu hogar.
La temperatura óptima de la nevera depende de la temperatura ambiente de tu hogar.

La temperatura óptima de la nevera y el congelador depende de la temperatura ambiente de tu hogar. Cuanto menor sea la diferencia entre el interior y el exterior del frigorífico, menor será el gasto en electricidad atribuible a este electrodoméstico. Aun así, es importante que los alimentos que se almacenan en la nevera y el congelador estén a una temperatura que garantice que se conserven adecuadamente durante más tiempo.

En el caso de la nevera, la temperatura recomendada está entre 0 y 4 ºC.

Tener la nevera a una temperatura más alta implica un menor gasto en electricidad. Sin embargo, si en tu casa hace mucho calor (por ejemplo, en verano, o si la nevera está cerca de una fuente de calor como un radiador o el horno), es normal que el frigorífico rinda menos y que no consiga enfriar bien los alimentos almacenados en su interior. Por lo tanto, tal y como muestra la tabla, deberás bajar un poco la temperatura para asegurarte de que los alimentos se mantienen frescos por más tiempo.

En cuanto al congelador, la temperatura óptima se sitúa entre los -15 y los -18 ºC. También en este caso, habrá que ajustar la temperatura según el calor que haga en el hogar.

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4. Mantén la nevera organizada y limpia

Es importante que la nevera pueda hacer su trabajo y enfriar los alimentos de la forma más eficiente posible. Por ello, es importante no llenar la nevera demasiado, de manera que el aire pueda circular fácilmente entre los alimentos. Además, cuanto más fácil sea encontrar lo que quieres en cada momento, menos tiempo te llevará sacarlo de la nevera, lo que nos lleva al siguiente punto.

5. Mantén la puerta cerrada

Mujer buscando en la nevera.
Ahorrarás en la factura de la luz si mantienes la puerta de la nevera cerrada.

Cada vez que abres el frigorífico o el congelador, el frío escapa hacia el exterior, por lo que el aparato tiene que trabajar más para volver a generar aire frío. Parece obvio, pero tener la puerta cerrada permite a la nevera mantener la temperatura adecuada durante más tiempo, por lo que consume menos electricidad. Abre la nevera únicamente el tiempo que sea preciso para sacar lo que necesites.

Si tu nevera tiene un dispensador de agua y/o de hielo, úsalo para evitar abrir la nevera o el congelador cada vez que vas a beber agua o usar unos cubitos de hielo para enfriar tu bebida.

6. No metas comida caliente en la nevera

Del mismo modo, cuando introducimos comida caliente en la nevera, el termostato registra una subida en la temperatura y tira de electricidad para poder enfriar los alimentos rápidamente y mantener una temperatura adecuada. Para evitar esta subida en el consumo de electricidad, asegúrate de dejar que la comida recién hecha se enfríe a la temperatura ambiente antes de meterla en la nevera.

7. Utiliza la nevera para descongelar alimentos

¿Vas a sacar algo del congelador para consumirlo por la noche o al día siguiente? En vez de dejarlo en la mesa de la cocina, deja que se descongele en la nevera. Aunque los alimentos tardarán más tiempo en descongelarse, esta práctica tiene dos ventajas principales. Por un lado, te asegurarás de que los alimentos se descongelen de forma segura, ya que una vez descongelados se conservarán en frío, lo que retrasará la aparición de bacterias. Por otro lado, esta fuente de frío contribuirá generando aire frío dentro de la nevera, por lo que el motor consumirá menos energía.

8. Mantén el congelador medianamente lleno

Ya sabemos que cada vez que abrimos la puerta del congelador, el aire frío sale y es reemplazado por aire caliente, lo que hace que el aparato consuma más electricidad y que nuestra factura de la luz se encarezca. Teniendo el congelador medianamente lleno, podemos reducir la cantidad de aire caliente que entra en el aparato. Además, al haber más elementos congelados, éstos contribuyen a enfriar el interior del congelador haciendo que el motor no tenga que trabajar tanto.

9. Retira la escarcha del congelador

En congeladores más antiguos, y sobre todo si no somos muy diligentes cerrando la puerta rápidamente o evitando meter comida caliente en el congelador, es normal que se forme una capa de escarcha en el congelador. Esto hace que el motor del frigorífico tenga que trabajar más y consumir más energía para enfriar los alimentos almacenados en el congelador. Para reducir el consumo de energía ligado a la nevera, asegúrate de retirar la escarcha periódicamente.

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